Acabamos de leer en
Cruising World un artículo que apoya nuestra opción de dos velas en proa más trinqueta. El
Osprey de los Clark lleva un génova 1 del 145% y un génova 2 del 125%, además de un foque o trinqueta del 90%. Los dos stays de proa están separados por unos 50 centímetros. Es el aparejo Solent o
solent rig.
Cuando tienen viento de popa, sobre todo cuando el viento es fuerte y la mar está agitada, ellos todavía pueden hacer rumbo directo sin preocuparse por el riesgo de trasluchada o por el control del spi. Además, se puede navegar con piloto y éste va mucho más descansado que con una jarcia de popa convencional.
Dicen que con 25 nudos de viento real, su 14 toneladas navega entre 7 y 8,5 nudos, dependiendo de la mar. También cuentan que con 12 nudos de viento, a 130 grados aparente, navegan cómodamente a 5 o 6 nudos, mientras otros barcos que no tienen ese aparejo se ven obligados a poner motor.
Entre los inconvenientes está que, navegando con el génova 1, la maniobra de virada se complica por la proximidad del stay del génova 2. Hasta tal punto que resulta recomendable enrollar, virar y volver a desenrollar. Para esta maniobra les viene muy bien tener otro enrollador en la trinqueta pues, para no quedarse parados, la despliegan mientras enrollan, viran y desenrollan el génova 1, evitando así que el barco pierda tanto andar que dificulte la maniobra.
Los Clark han navegado empopados hasta 1.200 millas sin tocar las velas (entre República Dominicana y Guatemala).
Nuestra única duda es el enrollador de trinqueta. Cuando soportamos el meltemi griego pudimos comprobar lo difícil que es manejar el enrollador cuando el viento se va de madre. Entonces se hechan de menos los viejos garruchos: largar driza y recoger, sin más. En el Egeo rifamos un génova y sabemos de otros a los que les pasó lo mismo, en ese u otros lugares, cuando quisieron enrollar génova porque el viento empezó de pronto a cargar. Lo cierto es que esa vela, la trinqueta, es la que llevaremos junto con la mayor semi-enrollada cuando el viento sopla fuerte. Así que, si la cosa se pone más fea, aligerar trapo es cosa de un segundo. Una vez arriado el foque, si es preciso arriar más trapo, la mayor enrollable (que también tiene su historia) nos obligará a aproarnos para enrollarla. Ya con motor y proa al viento, tener la botavara a 90 grados del palo y bien trincada, deben ser precauciones suficientes.
La Peregrina también lleva la trinqueta de garrucos (aunque solo tiene otra vela de proa).
Como es más barato hacer que deshacer, seguiremos con nuestra idea de trinqueta de garruchos. Si después cambiamos de opinión, solo hay que comprar un enrollador y eliminar los garruchos.
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