Hemos acabado con la preinstalación de la hélice de proa. El tubo, que solo estaba sujeto con unos puntos de soldadura, ha sido unido al barco con un grueso cordón.
Se le han hecho las perforaciones que perniten instalar el motor y se han construido unos deflectores para que el curso del agua por el casco no tropiece con este túnel que, al ser más largo en su parte de popa que en su parte de proa, provoca (en ausencia de los deflectores) que el barco, al navegar avante, generes turbulencias y ruidos en el tubo de la hélice.
Además, hemos dado imprimación epoxy al tubo, interiormente y exteriormente, así que lo único que queda es instalar el motor y la hélice, algo que dejaremos para más adelante.
Se concluyó también la instalación del molinete de proa.
Se ha tenido que tornear una pieza de Delrin. Los tornillos que lo sujetan están preparados para su instalación en cubiertas más gruesas. Asimismo, hemos hecho un tubo de acero para, en el tránsito de la cadena hacia el pozo de cadenas, evitar que se moje el pañol. El tubo es retraíble, para poner retirar fácilmente la tapa del pozo de cadena para labores de mantenimiento.
Las aguas del pozo de cadena (construido en contrachapado marino forrado en poliester) se recogen mediante una manguera que las lleva al tanque de aguas grises (un solo tanque para todo el barco, con achicador automático, que intenta conseguir el ideal de la sentina seca).