Todos hemos tenido alguna vez algún problema con el WC. Y no son precisamente los problemas más agradables de resolver. La cosa se ha complicado aún más con la exigencia de un sistema de almacenamiento para evitar los vertidos en puerto. Sin entrar en la paradoja de que te obligan a almacenar los resíduos sin que en la mayoría de los puertos existan sistemas de vaciado, lo que está claro es que el sistema se complica aún más con bombas eléctricas, llaves en "Y", pasacascos, tomas para vaciado en cubierta, salidas de aireación, etc.
El ejercicio es intentar hacer sencillo lo complicado. Fácil de decir, pero difícil de hacer.
Me habían hablado de los sistemas de vaciado por gravedad, pero nadie me lo había descrito tan claramente como Nigel Calder. De su libro procede la ilustración que adjunto.
La idea básica es que el depósito de almacenamiento se encuentra por encima de la línea de flotación. Cuando se vacía, la bomba manual del propio WC bombea a ese depósito. Si estás en un lugar dónde puedes verter al mar, las dos llaves de descarga están abiertas, sino están cerradas.
(Si se ponen dos llaves es para evitar que nada quede dentro de las tuberías cuando estén cerradas).
Diréis que tampoco es nada del otro mundo. Pero analizad las ventajas: ni una sola bomba eléctrica, ni una sola problemática llave en "Y", minimización de olores, etc.
En el "Outro Adaxe", que tiene dos baños, pretendemos instalarlo así, pero la toma de mar irá centralizada (una para todo el barco).
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