Estaban hechas desde hace tiempo, pero no se han instalado hasta ahora. Van una sobre cada uno de los dos camarotes de proa y otras dos sobre el camarote de popa.
Nano, que ya había hecho las de La Peregrina, no necesitó mucha información para realizarlas a la perfección, por eso se las encargamos a él, y fuimos por esta vez infieles a nuestros manitas "de cabecera".. También le hemos encargado la adaptación de la cocina doméstica a cocina náutica. De eso hablaremos pronto.
Las doradas van montadas sobre unas piezas de contrachapado marino (bien impregnadas de aceite de linaza) que a su vez van pegadas con Sika a la cubierta. Su diseño permite la entrada de gran cantidad de aire sin riesgo de que entre ni una sola gota de agua.
Si la rasca es grande y cabe que una ola se pasee por cubierta (mucha agua junta para que las cajas la evacuen), se puede desmontar el manguerote y ponerle la tapa. Con el agujero de evacuación se hace lo mismo: va preparado para recibir un tornillo de rosca grande.
Dentro, en el techo, hemos puesto una tapas de guillotina, para poder administrar el aire que circula sin levantarse de la litera. Han de proporcionar una buena cantidad de aire en los fondeos y complementar a los múltiples aireadores instalados en cubierta a la hora de atenuar la condensación producida en los invernajes a causa de la falta de aireación y a la diferencia de temperatura y humedad entre el interior y el exterior del casco, algo muy necesario en los barcos de acero.
domingo, 29 de abril de 2012
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