jueves, 31 de marzo de 2011

75. Botadura y transporte

Por fin llegó el dia. Los preparativos para el traslado se complicaron demasiado, pero ya está hecho y todo salió muy bien. Después de descartar el transporte por carretera y hablar con gentes diversas, llegamos quizás al lugar por donde deberíamos haber empezado: hablar con la buena gente competente a la que ya conocemos. Ya desesperados, nos acordamos de Pepe Garrido, de los Astilleros Hermanos Garrido de O Grove. Lo conocemos desde hace tiempo y acordarnos de él fue un gran acierto.
Todo lo que parecía dificil se volvió sencillo. "No hay problema" fue las respuesta a todas las preguntas que hasta entonces parecían complicadas. Pepe  hizo una inspección previa, eligió uno de sus carros y buscó un camión, no solo para transportar el carro desde O Grove, sino también para actuar de tractor. Gerardo, nuevo en la agenda, fue un hallazgo.
El procedimiento es sencillo una vez que se ve:
1.Se levanta la popa con un gato hidráulico.
2. Se coloca un eje en la popa (realmente un doble eje, adecuado al peso que ha de transportar).


3. Se instalan unos tubos de hierro que han de unir los dos ejes.
4. Se hace lo mismo en la proa, retirando luego los soportes fijos.



5. El camión arrastra el barco a la rampa
Todo se realizó con un ritmo y una precisión  pasmosa, como si lo hiciéramos todos los dias (bueno, los Garrido lo hacen muy a menudo, y ellos fueron la clave).
Una vez en la rampa, Toño apareció con una botella de cava e improvisamos una ceremonia de botadura. Un jovencita del Club de Remo (¡campeona de España!), actuó como madrina y consiguió romper la botella contra el casco.
El barco fue empujado por fin al mar. Calma total. El sol casi en el ocaso. El "Outro Adaxe" se posó sobre al agua muy equilibrado. Un poco aproado, como estaba previsto, y con mucha flotabilidad, a falta de más de dos toneladas de lastre, de la orza, del motor y del generador; con los tanques vacíos y a falta de cargar muchos pertrechos.

Se deslizó sobre una ría sin olas camino de Vilanova, remolcado por su hermano "profesional", el "Outro Pelonio", de Jobó. A más de seis nudos, la sensación a bordo no difería mucho de la inmovilidad del barco reposando sobre su cuna, en tierra.
Al llegar a Vilanova lo amarramos al pantalán, en donde su gran francobordo se puso en evidencia. Perderá casi 30 centímetros cuando esté a plena carga.
Todo esto ocurrió el jueves por la tarde. El "Outro Adaxe" durmió amarrado al pantalán y, en la mañana del viernes, el ingeniero de cabecera procedió a realizar mediciones de flotabilidad y estabilidad, para contrastar los datos teóricos de construcción con la primera experiencia de mar.

Y, ya en la tarde del viernes, el travel subió el barco a tierra, en donde procederemos a terminar la obra, ya sin problemas de seguridad, y con la ventaja de poder trabajar a cualquier hora y cualquier dia de la semana.

jueves, 17 de marzo de 2011

74. Atrasos y trabajos varios

El traslado se ha ido retrasando por diversas razones, pero ahora parece listo. Hemos instalado por fin los grifos de fondo. Se han construido e instalado las tapas del eje de la orza. Se ha fijado la chapa de inox que cierra el cajón de la orza. Está listo el espiche para el eje de cola, dejando la instalación del propio eje para cuando vuelva a estar en tierra en Vilanova.
El ingeniero de cabecera ha concluido que con el lastre que tiene instalado el barco tiene la estabilidad suficiente para el remolque a Vilanova. Todo está listo para que la próxima semana, por fin, el barco flote por primera vez. Aprovecharemos esa fugaz botadura para comprobar el desplazamiento real, el trimado y la estabilidad. Además, tenemos localizado un proveedor de lingotes de plomo a precios razonables para completar el lastre que con esos datos resulte necesario.

Para no esperar cruzados de brazos, hemos hecho algunos trabajos de carpintería: se han instalado los ojos de buey en las puertas. Quedan muy monos y, además, ayudan a hacer más luminosos los pasillos y la cocina.

Por otra parte, se ha construido el otro banco de la bañera y buena parte de su enjaretado. Todo en madera de iroko.

Solo falta el banco del piloto y un cajón practicable a los piés de éste. La bitácora queda encajada en el enjaretado que, a su vez, está elevado del suelo unos ocho centímetros, lo que garantiza que el agua que pase a través de él dificilmente le sumergirá y se mantendrá seco más tiempo. El enjaretado es fácilmente desmontable con unos asideros que permiten el acceso a los desagües de la bañera o a la tapa del motor. El marco que soporta el enjaretado está atornillado al acero de forma fácilmente desmontable.
Las partes del marco no visibles (y que más frecuentemente van a estar en contacto con la humedad) van a ser tratadas con tapaporos y protección para preservarlas de la potencial putrefacción. Todo el resto de la madera de iroko será tratada simplemente con aceite.